La lectura es un hábito que se va consolidando en la medida que lo haces parte de tu vida. Así que, una vez que se ha establecido, hay que seguirlo cultivando. Pero aquí viene la pregunta: ¿Cuánto tiempo es lo que recomendable leer diariamente? Eso depende de las capacidades, las circunstancias y los motivos por los que la gente lee. En otras palabras, no hay un tiempo promedio para leer al día. Por ejemplo, Carlos Monsiváis decía que diariamente leía entre ciento cincuenta y doscientas páginas. Te confieso que en mis años dorados de estudiante llegué a leer ocho horas diarias. Pero ahora es imposible hacerlo, ya que tengo diversas responsabilidades laborales. Así es, no todo el mundo tiene las mismas condiciones para leer. Lo importante es leer todos los días, aunque sea unas cuantas páginas.
En esta ocasión, comparto contigo algunas recomendaciones para que la lectura sea parte de tu día a día:
- Comienza y termina tu día con una buena lectura. Nada mejor que empezar el día leyendo un buen libro. Si eres creyente, leer la Biblia cuando te levantas es un ejercicio que alimenta tu fe de manera sustancial. En la mañana la mente está muy receptiva para aprender mejor. Treinta minutos de lectura antes de iniciar tus actividades es genial. Asimismo, es muy agradable terminar el día con una lectura edificante, como algunos poemas o narrativas históricas, entre otras.
- Si tus condiciones te lo permiten, establece horarios de lectura. Además de tus lecturas matutinas y nocturnas, puedes establecer tiempos de lectura por las tardes, según tus ocupaciones. Es cierto que no siempre se puede. Pero puedes incluir en tu agenda tiempo para leer. ¡Te aseguro que será de gran beneficio!
- Siempre lleva un libro contigo. Un buen libro es un gran compañero de viaje, por ejemplo. Eso te garantizará que vas a leer y te hará mucho más ameno el momento. Esta costumbre va de la mano con el siguiente punto.
- Aprovecha tus tiempos muertos para leer. Puedes leer mientras esperas en el banco o en el consultorio médico; también durante tus trayectos en el transporte público o mientras aguardas el inicio de una clase en la escuela. De esa manera la espera o la travesía se vuelven mucho más productivas.
- Visita lugares donde puedes leer. Hay lugares que se prestan especialmente para leer, como una biblioteca, un parque o incluso un lugar para tomar algún bocadillo o una bebida. Puedes visitarlos dos o tres veces por semana sin que afecte el resto de tus actividades.
¿Qué te parece? ¿Crees que puedes incluir la lectura en tus actividades cotidianas? Estoy seguro de que es posible. Todo depende de tus prioridades y del interés que le pongas. Si sigues estas recomendaciones, muy pronto consolidarás el hábito de leer en tu vida, lo cual te dará muchas satisfacciones y te ayudará a descubrir nuevos horizontes que no te habrías imaginado. No olvides que leer es un placer que da agradables frutos.
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